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Foto del escritorSissi De la Peña

El arte de la tecnología en el deporte o el deporte de hacer arte con la tecnología





Los artistas siempre han estado a la vanguardia de los avances tecnológicos y los han utilizado para expresar la experiencia humana en constante evolución. Hoy en día, la fusión del diseño y la creación de contenidos a través de diversos medios muestra capacidades antes inimaginables, facilitadas por las tecnologías de los teléfonos móviles y las redes sociales.


A lo largo de la historia, el arte ha reflejado y dado forma a las innovaciones tecnológicas más transformadoras de su tiempo. Pensemos en Leonardo Da Vinci, que integró sus conocimientos de anatomía y de máquinas industriales en sus obras de arte, retratando máquinas que anunciaron cambios sociales significativos.

De las cámaras fotográficas a los navegadores web, pasando por los smartphones y ahora en la era de la Inteligencia Artificial, cada salto tecnológico ha proporcionado a los artistas nuevas herramientas para explorar la creatividad.


Aunque muchos en mis redes sociales me conocen por escribir sobre tecnología y por mi pasión por el ciclismo como régimen de salud mental, pocos son conscientes de mi profunda admiración por la época del Renacimiento florentino, en particular por la familia Médici. En este contexto, me atrevo a comparar su legado e impacto en el arte y la economía con la influencia transformadora de Internet y la IA en la productividad y la creatividad de la sociedad moderna.


Este 10 de julio, celebramos la primera victoria de Jonas Vinegaard en una etapa del Tour de Francia 2024 (The Renaissance of Vinegaard). Este momento me permite ahondar en la intersección de la tecnología, el arte y el deporte, un tema que me apasiona y del que podría hablar sin parar.


En un vídeo reciente en el que se mostraba la edición limitada del jersey “Visma Lease a Bike” para el Tour de Francia (TDF) 2024, la tecnología desempeñó un papel fundamental. En primer lugar, captó maravillosamente la estética inspirada en el Renacimiento (dado que la edición 111 de Tour de France 2024 dió inicio en Florencia), encarnando el espíritu del pensamiento sin límites #limitlessthinking. En segundo lugar, la tecnología (Inteligencia Artificial) retrató vívidamente la fuerza y la determinación de ciclistas como Vinergard y Wout Van Aert (mis favoritos para los codiciados maillots amarillo y verde), semejando el escenario y el rol que los Medici tendrian en la Florencia del renacimiento.


Esto ejemplifica el arte de la tecnología en el deporte, donde la innovación se fusiona con la destreza atlética para crear espectáculos visuales que resuenan profundamente. Plantea cuestiones pertinentes sobre cómo la tecnología ha transformado el arte y viceversa, y cómo los artistas evolucionan continuamente junto con estos avances.


Además, en el contexto del ciclismo, esta intersección ilustra el viaje emocional de los atletas, similar a un renacimiento tras superar la adversidad (Jonas se accidentó gravemente en marzo pasado, y su desempeño el TDF ha sido altamente cuestionado por esto). Este viaje metafórico culmina en momentos de triunfo, como la victoria de etapa de Vinegaard, que demuestra coraje y resistencia en medio de formidables competidores como Pogacar.


Para concluir, invito a reflexionar sobre cómo la tecnología no sólo ha cambiado el arte, sino también cómo los artistas se han adaptado e innovado con cada nueva ola tecnológica. El arte, en su poder transformador, da forma a nuestra comprensión del mundo, a nuestras emociones y a nuestras vivencias y trasciende el mero espacio y tiempo, haciéndose eco de los ideales renacentistas del potencial y la creatividad humanos.


En esencia, la convergencia del arte, la tecnología y el deporte en acontecimientos como el Tour de Francia 2024 personifica la belleza del logro humano, donde la innovación se une a la expresión en el escenario mundial.


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